Dentro de los 13 caminos de la meditación, el Zen es parte esencial al adentrarnos en el mundo de la meditación.

Cuando nos sentamos a meditar en Zen sería como invertir el proceso anterior, en vez de focalizar desfocalizaremos para no hacer nada, solo sentarse, solo la respiración en el vientre, solo ser. Por tanto todo lo que ocurra dentro y fuera de mi sucede y por tanto lo acepto sin más.
Una práctica para comenzar con la meditación Zen o ZaZen, una vez nos sentamos en postura (loto, medio loto u otras variantes de posturas en las cuales la espalda esté lo más erguida posible y el mentón metido hacia adentro) sería la de alargar la respiración al espirar, apoyando la inspiración en el plexo solar o boca del estómago y la expulsión en el bajo vientre, lugar en donde se haya nuestro almacén de energía (dan tien). Al sentarse implica mirar con los ojos entreabiertos, donde solo se entrevera lo que está a unos 45 grados delante nuestro, de esa forma ayudara a estar presente en el instante sin hacer nada, solo respirar en el vientre de forma tranquila y sin esfuerzos.
Una práctica para iniciarse en la meditación Zen sería:
- POSTURA: loto, medio loto u otras variantes de posturas en las cuales la espalda esté lo más erguida posible y el mentón metido hacia adentro.
- MIRADA: al frente y a 45 grados, con los ojos entreabiertos vislumbrando sin prestar especial atención a ningún objeto. Esto ayudará a estar presente en el instante sin hacer nada.
- RESPIRACIÓN: alargar la respiración al espirar, apoyando la inspiración en el plexo solar o boca del estómago y la expulsión en el bajo vientre, lugar en donde se haya nuestro almacén de energía (dan tien).
- MENTE: hay que diferenciar entre pensamientos y mente, los pensamientos vienen y van y no haremos nada para retenerlos tan solo dejar ser, esto permite disolver emociones y mantener la focalización en el eterno ahora. Ruben Cascia

Hay multitud de variantes par trabajar este tipo de meditación:
1- Una buena respiración para aliviar la ansiedad ante cualquier situación o antes de comenzar nuestra meditación diaria sería la de realizar una docena de respiraciones en donde modificamos la naturaleza de la espiración. O sea, que si de normal el abdomen se contrae al exhalar ahora voluntariamente lo hincharé y empujaré, sobre todo el bajo vientre, hacia abajo y hacia fuera. Esta respiración ayuda a liberar las angustias que se producen en el plexo y transformarlas en una fuente de energía pura en “dan tien” por lo que esta respiración está especialmente indicada para personas en crisis emocional.
Un método práctico de emergencia para salir de un ataque de ansiedad en un momento de apuro es el de hinchar un globo pequeño, de los de agua, ya que nos obliga a realizar el ejercicio ya explicado. En la acción de intentar hinchar el globo el abdomen recibe un sobre esfuerzo tras el cual se haya la distensión y relajación de la musculatura abdominal.

3- Contar las Respiraciones. Se cuentan las respiraciones de 1 a 10, bien en la espiración (mejor para los principiantes) o en la inspiración (más difícil). Si pierdes la cuenta o llegas a diez comienza de nuevo. Para veteranos podemos contar 108.

Esta forma de meditación consiste en simplemente sentarse y ser consciente de lo que ocurre justo en el instante. En este ahora eterno, es un instante donde se oyen los pájaros cantando, voces de niños jugando, un portazo y como no, mi propia ansiedad si la hubiera junto a mis nervios y cualquier movimiento interno o externo. Todo pertenece al presente y debe de ser aceptado sin condiciones. En la mente clara no existe nada que sea considerado molesto, todo es como es. Este tipo de meditación entra en un nivel donde se ha pasado por las anteriores prácticas.
En conclusión podríamos decir que el Zen es una herramienta muy útil y una forma de vida para mantenerte en tu centro, desarrollar el poder personal de realización, presencia y enraizamiento.